Cuando empezaron las clases, los niños de 3, 4, 5 y 6 de primaria se emocionaron al construir su primer robot. Al principio les costó un poco asumir diferentes roles y no comprendían muy bien porqué el profesor que les acompaña, no les resolvía las dudas y solo les invitaba a investigar y probar de un modo diferente. Ya han pasado 4 meses desde el primer día y tienen muy asumidas todas las rutinas y mecánicas de la clase, ya son más independientes y el trabajo en equipo lo intenten muy interiorizado. A algunos aún les cuesta presentar sus trabajos delante de todos los compañeros aunque poco a poco las construcciones dejan de ser tan parecidas y empiezan a ver que pueden construir lo que ellos quieran sin encajar en un patron que se considere el correcto.
Hace poco les intrudujimos un nuevo material: las máquinas simples. Como les decimos en clase, la robótica no es solo programación y motores, también tienen que conocer que son los engranajes, que son poleas, como nos pueden ayudar los contrapesos, etc… Para ello, utilizamos material de LEGO Education específico para trabajar estos conocimientos y el resultado es asombroso.
Seguir las instrucciones todo el mundo puede hacerlo, pero cuando se les obliga a pensar no puede salir otra cosa que autenticas maravillas. Ha llegado el momento de plantearles un problema para que intenten resolverlo con lo aprendido hasta ahora. Se les plantea un reto: hacer un robot y ver cual es el que más corre. Al tener todos los mismos motores, todos ganan, y aquí es donde el facilitador tiene que recordarles lo aprendido hasta ahora con las máquinas simples pero sin decirles que hacer.
Al final, cada niño corre a su mesa con su compañero para inventarse una construcción que incorpore engranajes en su robot y estos son los resultados:
Es una maravilla ver como los niños consiguen adaptarse y evolucionar de una forma tan rápida cuando el entorno lo permite.