En la actualidad, el término emprendedor es una palabra utilizada en numerosos ámbitos de la vida y se ve desde un punto de vista positivo y muy demandado por las empresas. Pero, ¿en qué consiste ser emprendedor? ¿Se puede educar para ser emprendedor? Desde Innted queremos compartir con vosotros algunas claves que, tanto desde nuestra experiencia, así como desde la de otros expertos, sirve para educar a niños y jóvenes en espíritu y/o mente emprendedora.
Educar una mente emprendedora
Según Peter Druker (1964), “un emprendedor busca el cambio, responde a él y explota sus oportunidades. El emprendedor efectivo convierte una fuente en un recurso”.
En la sociedad en la que vivimos actualmente los cambios, las oportunidades y los vaivenes están presentes en todos los aspectos de nuestras vidas y el ser emprendedor es adaptarse a los mismos y adoptar una actitud positiva ante ellos.
Pero, ¿podemos educar a nuestros hijos a ser emprendedores? Nosotros respondemos con un rotundo sí. Sin embargo, lo más complicado de este asunto es que los adultos, por lo general, no hemos sido educados para ser emprendedores. Hasta ahora, en la formación y educación nos han inculcado un modelo en el que había que seguir unas normas estrictas, pautas, modos de hacer desde el primer curso escolar hasta el último y, por tanto, enseñar a los más jóvenes no resulta una tarea sencilla para muchos docentes pero, por supuesto, sí es posible.
Hay emprendedores que nacen siéndolo, sin embargo, la mayoría de ellos se hacen a lo largo de su vida. La clave es saber despertar, impulsar y motivar ese talento. Cada persona tiene un don y unas capacidades que se pueden explotar. Según Nietzche, “si descubres tu porqué, podrás soportar cualquier cómo”.
Los padres y educadores sí pueden fomentar una mentalidad emprendedora, además de impulsar habilidades académicas y conocimientos. Hasta ahora se ha seguido un modelo tradicional en el que imperaba una educación frontal, en la que al alumno se le dejaba poca libertad y creatividad. Sin embargo, en la actualidad, la tendencia es que los tutores ofrezcan a los más jóvenes aquellas herramientas educativas que les permitan desarrollar una mentalidad emprendedora.
Pautas para una mente emprendedora
Por supuesto, como en todo, no hay reglas estrictas cerradas, pero sí que consideramos que los siguientes pasos pueden ser un buen comienzo para educar en la mente emprendedora:

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- Dar libertad y respetar la forma de ser de los niños. De esta forma, desarrollarán ese don innato que cada uno posee y podrá desarrollarlo a lo largo de su vida. Descubrir lo que les apasiona, ver en qué destacan y fomentar esas habilidades, les será de gran ayuda.
- Permitir que se equivoquen y cometan errores. El error y el fallo es la mejor forma de aprendizaje. De esta manera, descubrirán cómo se ha dado ese error, algo que le permitirá saber afrontarlo y superarlo para las siguientes ocasiones. Uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto y que mayor éxito ha tenido, Michael Jordan, decía: “he fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito”. Según muchos expertos, el emprendizaje no existiría si no existiese el error. El ser humano evoluciona gracias al error y así supera sus límites. A lo largo de la historia tenemos numerosos ejemplos de personas que lograron tener éxito, pero que fracasaron varias veces antes de lograrlo.
- Ayudarles a explotar sus virtudes y fortalezas y que sean conscientes de las mismas. De esta forma podrán ponerlas en práctica en diferentes ámbitos de su vida. Desde las aulas, la labor del profesor de conocer a sus alumnos es fundamental para lograrlo. Pero el papel de los padres, es sin duda, el más importante a la hora de dar libertad a sus hijos para desarrollarlas. Saber cuáles son sus puntos fuertes les puede ayudar mucho en su proceso educativo y a lo largo de su vida.
- Dotarles de herramientas para saber salir a flote ante situaciones de incertidumbre o cambios. En el mundo actual, saber adaptarse a toda circunstancia puede hacer que logre el éxito y sentirse bien con uno mismo. Una mentalidad emprendedora está en continuo cambio, es una mente que se adapta al mundo y a sus circunstancias. De hecho, el emprendedor puede llegar a estar relativamente cómodo con esos cambios.
- Fomentar el aprendizaje continuo, la lectura, la creatividad, la curiosidad. Según algunos estudios, impulsar estos valores a los más jóvenes pueden hacer que en el futuro sean personas con un carácter innovador e inquieto, desarrollando una mente inquieta y llena de información.
- Inculcarles el valor de la colaboración. El trabajo en equipo les permitirá,por un lado, aunar más información y también diferentes puntos de vista sobre una idea, una tarea o un juego. Los emprendedores son proclives a las colaboraciones, explorando nuevas ideas y recabando información continuamente. Además, esto también permite desarrollar un espíritu más crítico y la empatía, tal y como hemos hablado en otras ocasiones en este blog, esencial también en una mente emprendedora.
Apoyo institucional
En los últimos años, desde las instituciones y los diferentes organismos, están impulsando el fomento de la mente emprendedora dentro del ámbito educativo. Consideran que, además de las competencias consideradas tradicionales, en el modelo educativo actual es necesario impulsar la autonomía del alumnado, explorar los límites, fomentar el espíritu crítico y otros valores del emprendizaje que hemos mencionado a lo largo de este post.
Por tanto y volviendo de nuevo a la pregunta del inicio de este post, parece claro que se pueden establecer unas pautas desde la escuela y desde el hogar para desarrollar una mente emprendedora en los más jóvenes.
¿Necesitas ayuda? ¡Te escuchamos!