Si desde niños dejamos que los niños saquen la creatividad, que es algo innato en ellos, conseguiremos adultos más seguros, capaces de enfrentarse a todo tipo de situaciones y crear nuevos proyectos y modelos que pueden cambiar el futuro de nuestras vidas de forma positiva

Kid.
Einstein, Mozart, Ghandi, Edison, Ford o Da Vinci. Cada uno de estos apellidos corresponden a algunos de los grandes inventores de nuestra historia. No han tenido una vida en común, son de épocas y géneros diferentes y, sin embargo, tienen en común que se trata de personas realmente creativas.
Algunos los llaman locos y otros maestros. Temidos por algunos y admirados por otros, lo cierto es que todos los genios que hemos conocido a lo largo de nuestra historia no tuvieron comienzos fáciles dentro del ámbito en el que después han triunfado, pero todos hicieron uso de su imaginación para lograr sus sueños, sin miedos, con las ideas claras, la mente despejada y, gracias a ello, hoy en día tenemos electricidad, ordenadores o coches, entre otros inventos que, antes de haberse llevado a cabo, nadie se hubiera imaginado que fueran posibles.
Por esta razón, los expertos en educación consideran esencial que los niños puedan desarrollar su creatividad, ya que se trata de un aspecto innato en los niños, pero que, debido al tipo de educación al que están sometidos, mayormente tradicional y donde el profesor es el que sigue guiando las pautas de aprendizaje, la creatividad se ve mermada y esto puede ser peligroso para su futuro y para seguir teniendo la posibilidad de avanzar hacia un mundo cada vez más innovador, con más productos que nos hagan la vida fácil o con investigadores que consigan curas a enfermedades que hasta ahora no lo son, por citar algunas de las ventajas de fomentar la creatividad en el aula.
Pero esta no sólo debe fomentarse en el aula, sino también en casa, con los padres. Y es que si bien es cierto que los niños pasan muchas horas en los centros escolares, es en los padres donde ven su ejemplo a seguir, donde vuelcan sus miedos e inseguridades y donde aprender otras valores y forma de ver la vida diferente a lo que la escuela les pueda enseñar.
Desde Innted-Educación también consideramos que es esencial que los niños puedan desarrollar su creatividad. Que no se les corte las alas a algo que es natural. Cada uno de nosotros somos hábiles en unas materias u otras y eso forjará nuestra forma de ser, de pensar o de ver el mundo, salvo que alguien no nos deje seguir nuestro camino y nos lleve por aquel por el que solo el quiere.
Por esta razón, desarrollamos proyectos educativos que, desde la tecnología y, en concreto, desde la robótica, fomenten precisamente esa creatividad. Propuestas gracias a las cuáles, los niños tienen una respuesta u otra frente a un problema que se les plantea. Realmente, es emocionante ver cómo ellos mismos son capaces de desenvolverse o buscar soluciones cuando se sienten motivados y libres de poder investigar y poner en práctica aquello que sienten.
¿Qué es la creatividad en los niños?
No podemos dar una definición concreta de lo que es la creatividad en los niños, porque son muchas las voces que difieren sobre este tema. Sin embargo, en lo que todas están de acuerdo es en el hecho de que se trata de algo innato en los niños, que pretende fomentar o crear nuevas ideas.
En palabras de Stenberg y Lubart, tal y como se recoge en el portal guiainfantil.com, “la creatividad es aquello que se relacionada con la generación de ideas que sean relativamente nuevas, apropiadas y de alta calidad”.
Pero, ¿por qué es tan importante que los niños sean creativos? Porque de esta manera conseguiremos que sepan desenvolverse en diferentes situaciones, se sepan comunicar con las personas que les rodean y consigan solventar los problemas que la vida les va a plantear, de la manera que ellos mejor consideran.
Algunas de las características de los niños creativos son las siguientes:
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Son curiosos: es lo que les lleva a seguir investigando y aprendiendo
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Son flexibles: no se asustan ante las situaciones cambiantes y saben adaptarse. Algo esencial en el futuro inmediato de los más pequeños.
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Originales: ellos y sus ideas y son conscientes de ello.
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Son críticos: pueden rebatir las cosas si, desde su punto de vista y aunque algo esté asentado, para ellos no lo está.
Poner en práctica la creatividad
Como ya hemos dicho antes, el aula debe ser un lugar en el que los niños fomenten su creatividad, pero también en casa. Para conseguirlo y aunque cada profesor o padre deberá de adaptarse en función de cómo sea el niño al que tiene que educará de una manera u otra, existen pautas comunes para conseguir el desarrollo de la creatividad, como son las siguientes:
En el aula:
- Deben equivocarse y cometer errores: de esta manera son capaces de ver que algo está mal e intentar buscar lo solución correcta. Si conseguimos esto, de adultos, lo trasladarán a cualquier campo de su vida, siendo adultos seguros.
- Favorecer la experimentación y el trabajo en equipo: de manera que no sólo descubran cosas por ellos mismos, sino que intercambien ideas y opiniones con sus compañeros y desde el respeto. También es una forma de ayudarse los unos a los otros.
- Distribución y decoración del aula: es importante, por un lado, que el material sea cómodo y acorde a su edad y necesidades y, por otro lado, que el espacio y mobiliario esté distribuido de una manera que los niños puedan moverse libremente, observar e investigar por su cuenta.
- La tecnología: porque ayuda enormemente a los alumnos a ver lo creativos que pueden llegar a ser con ella y, a su vez, aumentar su autoestima y, por tanto, se vean motivados para seguir aprendiendo y descubriendo.
En casa:
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Jugar y relajarse: cuando más desarrollan su creatividad e imaginación los niños es a través del juego, por esta razón, el mismo nunca debe faltar en su turina diaria. Juega tú también, como padre, con ellos y tómatelo con calma.
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Respetar el tiempo de aprendizaje: cada niño tiene su ritmo y antes o después (salvo casos escepcionales), lo conseguirá. ¡No tengas prisa! De lo contrario, el niño puede tener problemas de autoestima en un futuro, al considerar que no es capaz de hacer las cosas que tú le pides.